Sombreros Barberán
Es una tienda de sombreros, ubicada en el Centro de la ciudad de Guayaquil, frente a la Cruz Roja, en el Nro. 114 de la avenida 1ro. de mayo y Quito. Es administrado por su dueño Jouberth Barberán Vélez quien nos cuenta con mucho orgullo, que él representa la tercera generación del negocio que originalmente comenzó con su abuelo, en Montecristi.
Desde su fachada podrás notar que el establecimiento se quedó varado en una época ya bastante remoto para algunos, digamos que en los tiempos de oro de la tienda, o en todo caso en años mas mozos de Jouberth. Bastante callado y pensando cada palabra que va soltando, como si fuera un libreto ya conocido, me va contando la historia del negocio y dejando ver el inmenso sentido de identidad familiar que pesa sobre una tradición de comerciantes.
Un poco celoso de los espacios, me va haciendo recorrer la tienda y mostrando cada uno de los distintos tipos de sombreros, los estilos, me va explicando las variaciones de tejido entre ellos y sobretodo la razón por la que se diferencian en calidad y precio. Todo, sin dejar a un lado su sangre de comerciante, tratando de hacer que yo salga con uno en la mano diciendo: "Tenemos sombreros que van desde $40 a $1000, pero puedo ofrecerle un buen precio en caso que alguno sea de su interés".
Mientras adopta una actitud de importante y dándole fuerza a su tono de voz, me cuenta respecto a personajes que han pasado por la tienda diciendo que hasta le han encargado sus sombreros para obsequiar en cumbres presidenciales; al mismo tiempo que va mostrándome artículos viejos de prensa que avalan su discurso, así como reconocimientos recibidos a lo largo del tiempo. Entre otros, refiere a Luciano Pavarotti, el expresidente Rafael Correa, y el presidente Salvador Allende.
Finalmente. Luego de unas 2 horas de conversación, decide llevarme por un puerta angosta, que casi parece un pasadizo. Al ingresar a este nuevo lugar, descubro un taller ya en desuso donde otrora época hormaban y prensaban los sombreros, que en un principio vendía su padre en la tienda de Malecón y Aguirre, que luego fue mudada a la dirección actual.
Si bien es cierto que los estantes ya se ven escasos de sombreros y su rotación no parece tener un gran ritmo, el negocio familiar ha escalado al mundo virtual, lo que deja en mi cabeza la idea de que el establecimiento ya solo existe como referencia histórica de una tradición familiar que se niega a morir.
Pasar por la tienda conocer al Señor Jouberth Barberán y comprar un sombrero, se convierte en un experiencia digna de vivir.
